Page 44 - Revista Virtualidad Educativa edición 2

En definitiva, los invitamos a pensar en esos futuros docentes como profesionales reflexivos sobre sus propias prácticas, siendo esto esencial para promover el crecimiento profesional, mejorar la enseñanza, adaptarse a las necesidades de los estudiantes, desarrollar la autoconciencia y fomentar la investigación y la innovación en el campo educativo. La reflexión sobre la práctica docente permite a los educadores ser más efectivos, éticos y comprometidos con el aprendizaje de sus estudiantes.
Conclusiones
Las políticas de formación docente presentan tensiones y desafíos, producto de sus conceptualizaciones y contextos en los que se desarrolla. Se puede advertir diversos sentidos que caracterizan al tema y que representan posicionamientos complejos y contradictorios. Estos enfoques actuales formulados desde políticas educativas que inciden en la formación docente, junto a teorías y problemáticas que se presentan en las distintas propuestas contemporáneas denotan especial cuidado en revelar el carácter implícito de los marcos valorativos desde los cuales se producen.
La formación docente inicial representa un período relevante en el que, durante y a su término, prepara, habilita y titula para ejercer la enseñanza como profesión. Por lo tanto, la formación inicial docente carga en esencia, con responsabilidad pedagógica, compromiso social y posicionamiento político para enseñar en las instituciones educativas. (Davini,2015). Constituye la base del aprender a enseñar y este aprendizaje necesita contemplar la existencia de diferentes contextos socioculturales en la búsqueda de estrategias situadas que prevengan el fracaso y la deserción de los y las estudiantes, atenuando las desigualdades.
En consecuencia, se intenta dar cuenta de la importancia que tiene la formación inicial y continua de docentes para garantizar una escuela democrática e inclusiva. Como señala Subirats (2010) “... la inclusión como una dinámica que se apoya en las competencias de las personas. Y que se hace además en un contexto social y territorial determinado”. Siendo, un proceso de construcción colectiva.
La formación docente forma parte de la agenda política pública y tensa muchas cuestiones, pues representa en materia educativa, un proyecto institucional, jurisdiccional y sobre todo de país. Desde esta posición, es importante el rol del Estado para incentivar y apoyar a los institutos de formación docente para diseñar estrategias de promoción que tiendan a motivar e inspirar a jóvenes o adultos a elegir la profesión docente. El soporte de parte del estado, no sólo debería venir desde lo pedagógico, didáctico o metodológico, sino también, desde la mejora del salario docente, un factor que también afecta en la elección de esta profesión. Una consecuencia, es la interrupción de los procesos de enseñanza - aprendizaje de los/las estudiantes, por la
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