Page 55 - Revista Virtualidad Educativa edición 2
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   las implementan como medida preventiva. Una posible explicación es que la conducta sexual está influenciada por diversos factores predictores, como las experiencias emocionales, las habilidades de comunicación, los rasgos de personalidad, la toma de decisiones y otras variables psicológicas, incluyendo creencias y actitudes hacia la sexualidad.
Por otro lado, en cuanto a la influencia del conocimiento en las prácticas sexuales de riesgo, se ha observado que diferentes variables psicológicas, como las actitudes, pueden estar relacionadas con el funcionamiento familiar y las percepciones de la estructura familiar. Cuando los individuos perciben disfunciones en el hogar, tienden a tener más relaciones sexuales, lo que se asocia con las interpretaciones que los sujetos hacen de los comportamientos y prácticas sexuales que frecuentemente llevan a cabo.
Es importante tener en cuenta que una característica presente en los adultos jóvenes refiere a las prácticas sexuales enmarcadas en un contexto cultural más allá de lo establecido científicamente sobre el tema. El conocimiento manejado por este grupo se desarrolla tradicionalmente y se transmite dentro de los grupos de referencia. En este sentido, el cuidado personal se percibe como una cuestión de género, en la cual las mujeres llevan la mayor carga de responsabilidad en la prevención de la concepción, mientras que los hombres desempeñan un papel más pasivo, según las cogniciones colectivas.
Conclusiones
A partir del análisis de datos recopilados en estudios realizados en diferentes países de América Latina y el Caribe (UNICEF, 2018), es posible extraer algunas conclusiones relevantes sobre el conocimiento, la conducta sexual y las prácticas de prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el VIH/SIDA. Estas conclusiones son las siguientes:
Los adolescentes y adultos jóvenes en América Latina y el Caribe, dentro del rango de edades comprendido entre los 15 y los 19 años, muestran un nivel importante de conocimiento sobre la sexualidad, las ITS y el VIH/SIDA, así como sus implicaciones y consecuencias. En general, los datos analizados reconocen la necesidad de adoptar medidas de protección en las prácticas sexuales para prevenir la adquisición y propagación de estas enfermedades, ya que la población en cuestión tiene un amplio conocimiento sobre las causas y las consecuencias de su contagio.
Sin embargo, se observa una falta de reconocimiento completo de las medidas de protección y prevención de las ITS, lo que sugiere deficiencias en la educación y formación sexual en la región. Es necesario abordar estas deficiencias para que los individuos puedan incorporar de manera adecuada estas medidas en su práctica sexual.
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