Page 53 - Revista Virtualidad Educativa edición 2
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De igual modo, resulta importante tomar en cuenta la conducta como un conjunto de respuestas significativas por las cuales un ser vivo en situación integra las tensiones que amenazan la unidad y el equilibrio del organismo, o como un conjunto de operaciones (fisiológicas, motrices, verbales, mentales) por las cuales un organismo en situación reduce las tensiones que lo motivan y realiza sus posibilidades (Mowrer y Kluckhohn, 2021).
Basados en tales concepciones, se entiende a la conducta como un aspecto funcional; es decir, la aparición de todos los procesos tanto internos como externos que componen la conducta.
Diferencias entre conducta sexual y práctica sexual.
En muchas investigaciones es común encontrar que los autores no realizan distinciones entre los términos conducta sexual y práctica sexual, por lo cual se establecerán las diferencias de cada uno de los conceptos. Las prácticas sexuales son aquellos patrones de expresiones sexuales que son demostrados por individuos o comunidades y que evidencian una consistencia importante, lo que las hace predecibles. Por otro lado, las conductas sexuales incluyen los comportamientos heterosexuales, homosexuales y la masturbación. Las prácticas sexuales se constituyen dentro de lo compartido por una sociedad determinada, mientras que las conductas sexuales tienen un carácter más individual y privado para cada sujeto.
En consecuencia, la práctica sexual se origina y comparte de manera social, y está relacionada con la formación de imágenes y significados colectivos. Por otro lado, la conducta sexual es un constructo que engloba todo lo relacionado con la sexualidad humana, incluyendo múltiples expresiones tanto biológicas como psicológicas, y está influenciada por la cultura en la que el individuo está inserto. Representa la forma en que las personas expresan sus deseos, fantasías, pensamientos y relaciones con otras personas, y está determinada por factores psicológicos, biológicos, culturales, espirituales, entre otros.
Conductas y prácticas sexuales de riesgo.
Estos comportamientos han sido de gran interés debido a su capacidad para predecir la aparición de eventos nocivos para el individuo. Llevar a cabo relaciones sexuales sin el uso adecuado del preservativo, bajo los efectos de sustancias o la promiscuidad aumenta la vulnerabilidad de la persona frente a diversas amenazas. A pesar de que existe un conocimiento establecido sobre las consecuencias a corto y largo plazo, la prevalencia de estos comportamientos sigue siendo alta.
Los estudios han intentado explicar esta situación y han identificado diversas variables psicológicas que influyen en las conductas de riesgo, como el conocimiento profundo sobre formas de protección, las vivencias emocionales, las habilidades de comunicación,
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