Page 51 - Revista Virtualidad Educativa edición 2
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   presentan una mayor vulnerabilidad a las enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA, especialmente a través del coito heterosexual. Esta mayor vulnerabilidad se debe a factores como la violencia y la explotación sexual, el inicio temprano de la actividad sexual y la incapacidad para negociar relaciones sexuales seguras, además de la falta de educación, la inaccesibilidad a métodos anticonceptivos y la falta de atención a la salud reproductiva (UNAIDS, 2020).
En el caso de Argentina, en el trienio 2013-2015, la Dirección de Sida y ETS de Argentina del Ministerio de Salud (DSyETS) registró 10,800 personas de 0 a 19 años con VIH/SIDA, siendo el 58% del grupo de 0 a 14 años (adolescencia temprana) y el 42% del grupo de 15 a 19 años (adolescencia tardía) (Ministerio de Salud de Argentina, 2020).
Es relevante mencionar que, en el primer grupo, el 91% de los niños diagnosticados entre 2001 y 2009 contrajeron la infección por transmisión perinatal, mientras que en el grupo de 15 a 19 años (adolescencia tardía), el 80% de los varones y el 88% de las mujeres se infectaron debido a relaciones sexuales desprotegidas. Entre los varones, el 36% contrajo la infección durante una relación sexual heterosexual y el 44% durante una relación sexual con otro varón. Por lo tanto, es posible considerar que el conocimiento y la conducta están involucrados en esta incidencia del VIH/SIDA en el grupo de 15 a 19 años, debido a la falta de protección durante las relaciones sexuales.
Sin embargo, existen datos que contradicen la idea de que una cantidad adecuada de información se traduce en una conducta segura. Por ejemplo, un estudio realizado por el equipo del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CIFFyH) con jóvenes escolarizados de 15 a 19 años en la ciudad de Córdoba y las localidades más grandes del interior provincial, reveló que el 95% de los adolescentes afirmó conocer las conductas de riesgo asociadas a las ITS, pero un porcentaje menor admitió haber utilizado preservativo en su última relación sexual (CIFFyH, 2022).
De hecho, parece existir un factor psicológico o cultural asociado a esta relación entre conocimiento y conducta sexual en los jóvenes de adolescencia tardía. Según Margarita Barrón, directora del grupo de trabajo, "La primera reacción de los jóvenes cuando les preguntamos sobre infecciones de transmisión sexual o embarazos y cómo prevenirlos es que 'ellos ya saben del tema'. Pero cuando profundizamos, observamos que en realidad desconocen" (Barrón, 2021). En este sentido, es necesario indagar en el tipo de conocimiento que poseen estos adolescentes tardíos, especialmente para determinar si se trata de un conocimiento extenso o de nociones insuficientes para adoptar conductas preventivas.
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