Page 83 - Revista Virtualidad Educativa edición 2
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   En medio de los conflictos familiares René comienza la escuela primaria, era un niño con buenos calificaciones, muy alegre, le gustaba mucho jugar y disfrutaba la compañía de sus amigos.
La situación de las relaciones de sus padres continuaba muy difícil, y en aquel medio hostil vivía René, “estuve bien en la escuela hasta el cuarto grado, porque mi mamá no quería continuar más con mi papá, pero él la amenazaba de muerte si lo abandonaba”.
Cuenta René: “un día ella llegaba de la tienda, cerca de la casa mi papá la llamó y ella no quiso ir, mi papá fue a la casa, busco una mocha vieja y agredió a mi mamá, le provocó heridas en la mano, el brazo y en la cabeza”, cuando ocurrió esta tragedia René estaba jugando con sus amiguitos, escuchó los comentarios, pero no sabía que se trataba de sus padres.
Con solo nueve años René tuvo que soportar la tragedia, los comentarios de los que le rodeaban en el barrio y en la escuela y la ausencia de los padres en la casa. “Pude ver a mi mamá después que le dieron alta médica del hospital de...” otra provincia, “porque una hermana se la llevó para allá donde ella vivía”.
El padre fue puesto preso y está cumpliendo 15 años de prisión, “a mi papá he ido a visitarlo a la cárcel en varias ocasiones con mi abuela y recientemente con su nueva mujer”. El padre de René compartía su vida con otra mujer en el momento de la tragedia con su madre, con la cual ha formalizado su relación desde la prisión.
Como consecuencia de la tragedia René se queda a vivir con su abuela paterna, extrañando mucho a sus padres, “durante ese tiempo no me sentí bien, estuve traumatizado, mis estudios se vieron afectados, comencé a presentar problemas en la escuela, las notas eran bajas, diferentes a la de antes, debido a ello repetí dos veces el cuarto grado”.
No obstante, los problemas que tuvo que enfrentar, su abuela lo trataba bien, “casi igual que mi mamá, mi abuela me daba cariño”.
En la memoria de René han quedado dos encuentros que, aunque importantes para él, haber querido a sus padres no le han permitido cumplir las exigencias que ambos le han solicitado. Cuenta René que “cuando vi a mi mamá en casa de mi abuela, de su mamá, ella estaba pelada completamente, tenía problemas para caminar por las heridas de la cabeza, nos abrazamos y ella lloró al igual que yo, conversamos y me habló muy mal de mi papá, me dijo que no lo fuera a ver en prisión, que era muy malo y un asesino”; y en la prisión el padre no pudo ocultar su desprecio por la madre de su hijo, “mi papa me decía que sentía odio por mi mamá, que la ignorara, él me abrazó, yo lo quería pero no era igual que antes”.
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