Page 51 - Revista Virtualidad Educativa
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   De acuerdo con lo antes referido, resulta necesario en la Secundaria que el docente fomente en sus estudiantes motivaciones e intereses por todo lo relacionado con el medio ambiente particularmente, durante la interacción docente- estudiantes y docente con las familias de estos, también es preciso considerar que al interior del proceso de enseñanza aprendizaje en este nivel, resultan múltiples las oportunidades que ofrece el currículo para garantizar la relación del estudiante con su entorno, para conocerlo, protegerlo y reflexionar sobre el mismo, como expresión singular de la relación hombre- naturaleza.
Una de las formas esenciales de la referida relación, la constituye el vínculo con el paisaje; entendido este como “sistema territorial formado por componentes y complejos de diferente rango tomados bajo la influencia de los procesos naturales y de la actividad modificadora de la sociedad humana en permanente interacción y desarrollo” Rigol (s/f))
El paisaje constituye una realidad dinámica, es resultado de procesos ambientales, sociales y culturales que se han sucedido a lo largo del tiempo, marcados por los modos, estilos de vida, las políticas, las actitudes y las creencias de cada grupo social o sociedad. En torno al mismo, se delimitan importantes subsistemas estrechamente interrelacionados; que en su integración e interconexión le confieren las características y propiedades esenciales al mismo: lo abiótico, asociado a los elementos propios del relieve, el clima, los ríos, las costas; lo biótico, referido a los componentes biológicos de la naturaleza tales como los animales, la vegetación y lo antrópico que se enfoca esencialmente en la actividad del hombre en la naturaleza.
En la práctica social el elemento antrópico es visto siempre como ente ajeno al paisaje natural cuando en realidad, constituye el componente más dinámico en el que se pueden establecer prácticas racionales acordes con la identificación del paisaje, o prácticas que no responden a actitudes y creencias ambientales ya reconocidas, en tanto que el estudiante puede desdoblarse a través de diferentes roles derivados del tipo de percepción que tenga sobre el medio ambiente y asociado a ello se derivan actitudes diversas.
La omisión de la perspectiva desde la cual el estudiante de secundaria valora el paisaje, regularmente condiciona bajos niveles de percepción del riesgo ecológico, así como el poco interés por preservar los recursos naturales para las presentes y futuras generaciones, con lo cual se desestima la posibilidad real y la necesidad de establecer una relación amigable con todo el ecosistema, como base para enfrentar los efectos del elevado deterioro ambiental.
Atender a estas necesidades desde la escuela supone que el docente tome en consideración las particularidades del desarrollo del adolescente y esencialmente, las características de su desarrollo cognitivo instrumental, como punto de partida para que se consoliden a nivel individual y grupal los éxitos y las buenas prácticas en la relación hombre-naturaleza.
Como parte del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, en Cuba se proyecta por “fomentar e incrementar la educación, conciencia y cultura ambiental de los
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