Page 89 - Revista Virtualidad Educativa
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   vista para establecer objetivos comunes y metas específicas que desde la gestión colectiva contribuya a la integración comunitaria y a la facilitación de entornos seguros y protectores.
La Fundación Huella Local (2018) significa la operatividad de crear entornos que proporcionen a los individuos oportunidades de intercambio, lugares de descanso y recreación como sitios esenciales para mejorar la calidad de vida de los habitantes. En las investigaciones y documentos anteriormente referidos se explicita potenciar el logro de una vida digna, pero son escasas las variantes propuestas para este alcance. En tal sentido, se coincide en que éstos constituyen elementos indispensables para la consolidación del barrio y la integración vecinal, para lo cual se necesita implementar estrategias y proyectos contentivos de acciones con esta intención.
Se toma como referente que el entorno protector se considera como el fortalecimiento, desarrollo y formación en Derechos Humanos de la familia, la escuela y la plena articulación de estas con otros agentes socioeducativos de la comunidad. En la “Política nacional para la infancia y la adolescencia” se define el concepto de entorno protector como:
Un entorno donde todos - el estado, los gobiernos, la familia, la institución educativa, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado - cumplen sus responsabilidades para asegurar que las niñas, niños, adolescentes, adultos, contribuyen a promover identidades y encuentros con su comunidad y su cultura (Fundación Huella Local (2018).
A juicio de la investigación los entornos protectores solo son fortalecidos si existe una participación significativa de los involucrados, que integre a madres, padres, cuidadores, docentes y actores locales que generen aprendizaje para tener una vida plena y saludable.
En las instituciones educativas se cuenta con los psicopedagogos, lo cuales constituyen un pilar importante para el trabajo educativo, a partir de considerar las habilidades y capacidades inherentes a su modos y esferas de actuación. Estas lo ubican en un lugar privilegiado para guiar el proceso de búsqueda de soluciones a los problemas del quehacer educacional en los diferentes niveles y contextos en los que trabaja. Posee recursos y herramientas necesarias para orientar, asesorar y dirigir procesos en los que confluye diversidad de sujetos y con ello crear una atmósfera de trabajo que propicie el desarrollo armónico de la personalidad de los sujetos y el accionar favorable de los factores.
Durante la formación de pregrado, los psicopedagogos, reciben contenidos esenciales en torno a la orientación educativa que constituyen la base preparatoria para desplegar la función orientadora en los diferentes contextos de actuación profesional. No obstante, es indispensable indagar sobre otras alternativas que desde la ciencia den respuesta a las necesidades reales de los comunitarios y se convierta en herramienta práctica de este profesional. De manera tal, que permita elevar su preparación para atender desde su desempeño competente el contexto comunitario. Ello exige generar nuevas propuestas para redimensionar el trabajo en esta
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